que me golpee en la cara ese viento, húmedo, salado, con olor a mar...
recorrer, kilómetros y kilómetros, hacia donde el camino diga.
reirme a carcajadas, hasta que que me duela mucho la panza y tenga que dejar de reír por causas de fuerza mayor.
sumergirme bajo el agua en una pileta profunda y hundirme hasta tocar el fondo con los pies y sentir que, de bajar más, me explotarían los oídos, y entonces dejarme flotar hasta la superficie, liviana...
comer un pedazo de tarta de membrillo recién sacada del horno, todavía tibia.
dormir una siesta en una hamaca paraguaya.
5 comentarios:
pasta frola, mameh...
JAJAJA eso, eso
Le agregaria empanadas calientes, preferentemente salteñas con un buen vino tinto...
qué bien... ya me dieron ganas de eso también...
solo pasando a saludarte, muy buenas tus publicaciones!
que lindo el aire estival del verano o primavera, no hay nada como eso!!
bonitas sensaciones emi!
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